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Paz en Medio del Dolor 8/14

Por muchos años los agricultores usaron una herramienta llamada «tribulum», que servía para separar la cizaña del trigo. Actualmente usamos la palabra «tribulación» que se deriva del nombre de dicho artefacto; de la misma manera que los agricultores antiguos usaban el tribulum para separar lo bueno para sus cosechas, Dios usa la herramienta de la «tribulación» (de las luchas y pruebas) para madurarnos, capacitarnos y santificarnos de toda cizaña espiritual en nuestras vidas. 
Cuando la esposa de Thomas Dorsey murió en labor del parto, Thomas se sintió completamente solo al experimentar tan terrible sufrimiento, en su padecimiento él clamó: «Dios, ¿dónde estás, por qué me sucedió esto a mí?» Después de pedir PAZ al Señor, ante tan profunda frustración y con gran tribulación se sentó frente al piano y empezó a componer una canción que expresaba la oración de su corazón. La melodía decía: «Precioso Señor, toma mi mano, dirige mis pasos, ayúdame a levantarme de esta prueba, porque estoy cansado, estoy débil y exhausto por esta tormenta. Dame paz en la noche oscura, llévame hacia a la luz. Toma mi mano, precioso Señor, guíame hasta el hogar celestial». 
Es muy difícil entender la razón por la cual suceden estas cosas y cómo Dios las permite; creo que en la eternidad tendremos la respuesta, mientras tanto tenemos que admitir que nuestras emociones son afectadas profundamente por los problemas y aún más por las pruebas fuertes. Cuando la lógica de nuestra mente o lo que conocemos como verdad es cubierta por el dolor y el sufrimiento, la mayoría de las ocasiones no entenderemos a Dios, entonces sólo nos resta decir que no lo comprendemos con nuestras limitadas mentes carnales, pero seguimos, por fe, confiando en Él y aceptamos lo que Él ha decidido; Lo seguiremos amando aunque las experiencias digan lo contrario. Pero cuando nos ponemos a pensar que nosotros también sufrimos cuando nuestros hijos sufren, nos damos cuenta que Dios, quien nos ama mucho más de lo que nosotros amamos a nuestros hijos, también sufre cuando nosotros sufrimos. 
Recuerde que la primera venida de Cristo a la tierra fue acompañada de dolor y lágrimas por el Padre cuando lo vio partir de los cielos al mundo terrenal, hacerse carne y habitar entre nosotros; Él, en el cielo perdió a su Hijo, nosotros ganamos un Salvador. Raramente pensamos en la Navidad desde la perspectiva del Padre celestial, quien conocía lo que sucedería cuando su Hijo dejara su trono; sabía el sufrimiento, el dolor y la pasión de la crucifixión de Cristo; también el Padre conocía la salvación eterna que su Hijo obtendría en el Calvario al redimir su propia creación. La realidad es que tanto el nacimiento de Jesús como su muerte provocaron sufrimiento al Padre, tristeza cuando lo vio partir de la gloria, cuando lo vio sufrir y morir. 
Dios no es indiferente a lo que usted está pasando. Él entiende su problema, su prueba y su dolor, porque Él mismo ya pasó por ahí. Dios sabe y a Dios sí le importan sus lágrimas y su sufrimiento, el salmo 34.18 nos dice: «Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu». La letra de una conocida canción cristiana dice así: «Usted puede tener… PAZ en el medio de la tormenta». Estoy seguro que por fe la mano de Dios se moverá a su favor y le dará PAZ en su tormenta. 
Tomado del libro “La Fe que Mueve la Mano de Dios” por Josue Yrion. (p. 169-171) Todos derechos reservados. 

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