Salmo 90
“10- Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en lo más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos..…17- Sea La luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros, Y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; Si, la obra de nuestras manos confirma.”
Este Salmo empieza recordando la insignificancia de cada uno de nosotros. Nuestra vida es nada: insignificante en la eternidad. ¿Más cual es el mejor uso de esta vida? ¿Cuál es la mayor petición que le podemos hacer a Dios? Sin duda es la petición que El se revele más y más a nuestra vida. Las cosas temporales no valen nada, ni aun debemos concentrarnos primeramente en los actos que involucran el servicio del Señor específicamente. No, mejor es concentrarnos en El.
Amor a El produce nuestra obediencia y el mejor fruto en nuestra vida y ministerio. Debemos ir a la fuente de el agua dulce, fresca, y viviente y no buscar el agua tibia de un lago. La mejor cosa que podemos pedir es conocerle más. Al conocerle más, queremos servirle de todo corazón. La vida no tiene propósito sin Dios.
Primeramente, cosechamos lo máximo en esta vida en conocerlo más y más. Segundo, y muy importantemente, es el producir frutos que permanezcan. Frutos fuera de Él no permanecerán, pero con El tenemos seguridad que todo el dolor, sudor, cansancio, y trabajo que hacemos para El permanecerá para siempre.
Entonces, que puede ser mejor que estas peticiones: Que conozcamos su amor cada día mas y que El establezca el trabajo de nuestras manos, aun tan poco como es.
Ministerio Josue Yrion.
