“Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil." -Marcos 14:37-38
Mi papá solía decirme cuando el leía este pasaje que le tocaba las fibras más profunda de su corazón y por eso él se levantaba una hora antes de lo que debía levantarse para ir a trabajar, para pasar un tiempo a solas con Dios.
El Apóstol Pablo escribió a la iglesia de Tesalónica “orar sin cesar.” En Lucas 18:1, Jesús también escribió la necesidad que tenemos de orar siempre y no desmayar. La oración es una necesidad imperiosa en la vida de un creyente para tener una vida de victoria y de triunfo. Ningún creyente puede vivir una vida victoriosa y abundante sin orar.
Jesús en su momento de angustia, cuando estaba cerca de padecer en la cruz, escogió a tres de sus discípulos más cercanos para que le acompañaran a orar. La Biblia nos cuenta que cuando Él vino donde estaban los tres discípulos los halló durmiendo, y refiriéndose a Pedro le dijo: “Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.”
En primer lugar vemos que Jesús le reclamó a Pedro y con asombro entristecido le preguntó: “Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora?” En otras palabras Jesús les estaba reprendiendo por estar durmiendo y no haber podido orar con Él, les amonestó diciendo: ¿en estos momentos difíciles, cuando mi alma está cargada, cuando les he compartido que voy a ser entregado y que voy a sufrir en la Cruz del Calvario, ustedes mis discípulos más cercanos no han podido estar conmigo en oración? Para nosotros sin embargo estas palabras: ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? pudieran significar un reproche abierto cuando anteponemos cualquier otra cosa en prioridad antes de orar.
En segundo lugar, si usted se fija, aunque eran tres los discípulos a los cuales Jesús llamó para orar, Él solo le llamó la atención a Pedro en particular. ¿Por qué se refirió Jesús a Pedro específicamente si los tres estaban durmiendo? Muy sencillo: Pedro estaba por pasar una de las experiencias más amargas de su vida, hiba a negar a Jesús. Él había manifestado con mucha seguridad que jamás él haría tal cosa cuando Jesús le predíjo que antes que el gallo cantara tres veces él lo iba a negar. Jesús le dijo Pedro, “Velad y orar para que no entréis en tentación.” Es la oración donde nos fortalecemos para poder vencer las tentaciones.
En tercer lugar Jesús nos advierte que aunque el espíritu está siempre dispuesto para buscar a Dios la carne se opondría. ¿Cómo se opone la carne? Se opone según esté tu estado de ánimo. Si estás triste, o estás cansado, o estás frustrado siempre le vas a decir ¡no! a la oración. Jesús nos manda a orar. Él mismo nos dio ejemplo de una vida de oración. la Biblia nos dice que muy temprano se iba al monte a orar, o se pasaba las noches orando, o se retiraba para orar. Si Jesús quien era Dios necesitaba orar, esto nos dice claramente lo importante que es la oración en la vida de cada uno de nosotros.
Quizás por tus muchas ocupaciones, o quizás por tu estado de ánimo has descuidado tu vida de oración. Si es así, recuerda que las palabras que Jesús le dijo a Pedro te las está diciendo a ti: “¿Duermes? ¿No has podido velar una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.” ¡Amén!