“Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.” 2 Corintios 2:14
Es interesante ver como reaccionamos en muchas ocasiones frente a las pruebas que enfrentamos. En medio del caos nos volvemos pesimistas, somos dados a ver el fracaso, la imposibilidad, el desastre, lo peor. Nos movemos en lo natural y creemos fervientemente las circunstancias que el diablo nos pone delante de nuestros ojos, aceptándolas como verdades infranqueables imposibles de cambiar. Activamos nuestra fe en lo negativo, en lo imposible, y confesamos desastre, dudas, y temor.
Cuando los fuertes vientos de la prueba nos dan con ímpetu, nos olvidamos de las promesas de Dios y de ninguna manera nos vemos victoriosos. La impaciencia nos invade y cuando el cansancio espiritual comienza a agotarnos, somos tentados a bajar los brazos y resignarnos. Cuando estos síntomas comienzan a aparecer y los pensamientos de temor vienen a nuestra mente pronosticando destrucción, es la más grande indicación que estamos siendo probados. El apóstol Pedro nos dice: “para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,..” (1Pedro 1:7)
Cuando creemos las promesas de Dios, y comenzamos a caminar en fe, entonces vendrá el maligno a tratar de quitar nuestros ojos de las promesas para hacernos dudar. La fe en el corazón de un creyente incomoda al diablo, porque sabe que ésta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe. 1Juan 5:4
La Biblia nos enseña como actúa el enemigo que enfrentamos, por esta razón es tan importante estar conectados con Dios, fortalecidos en Él, conociendo Su Palabra, para identificar los ataques que envíe contra nosotros para poderlos vencer. No escuches las mentiras del maligno, ni le prestes atención a las circunstancias que te rodean implicando con hechos que nada va a cambiar. La Biblia nos dice: “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús,” Por lo tanto alaba a Dios en medio de tu prueba, porque Dios el Padre siempre nos lleva a la victoria, al triunfo, por medio de nuestra fe en Cristo.
No hay forma de que pierdas la batalla si pones tu fe en Él, la Palabra nos dice que siempre, en todo tiempo, aun en los tiempos más difíciles, nos lleva en triunfo en Cristo Jesús. Además, por medio de nosotros, de la victoria que obtengamos en la prueba de la fe, Él manifiesta a todos el grato olor de su conocimiento, ósea del conocimiento de Cristo. Nuestro testimonio, la victoria obtenida contra el enemigo en la prueba que enfrentemos, es una prueba fehaciente para el mundo, del Poder de Dios actuando en nosotros a través de la fe en Cristo.
Por tanto, no mires lo duro de la prueba ni el intenso calor de la pelea. Mira a Cristo, mira las promesas de Aquel que es Poderoso para cumplirlas. La prueba durará el tiempo que tú fe pueda resistirla, porque el Señor no nos dará nada que no podamos soportar. ¡Ánimo! Que no hay victorias sin haber tenido peleas. No hay triunfos sin antes haber ganado la guerra. No hay testimonio sin antes haber pasado la prueba. ¡Amén!