“Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe. La gracia sea contigo. Amén.”1 Timoteo 6:20-21
Las ideas populares de nuestro tiempo no son nada compatibles con lo que Dios dice en las Escrituras. Desde la sexualidad hasta la filosofía, desde las teorías que incorrectamente llaman ciencia hasta las finanzas, el mundo está definitivamente rebelado contra el orden que Dios ha establecido. A veces nos podemos sentir presionados a re-evaluar nuestra fe, o por lo menos a re-evaluar la aplicación de lo que hemos aceptado como Palabra completamente inspirada por el Dios creador del universo. No debemos caer en esa trampa.
Primeramente, debemos guardar lo encomendado, como Pablo le dijo a Timoteo. ¿Qué es esto? Debemos mantener nuestra mirada en Cristo. Recordemos que solo Él nos da vida eterna. Solamente en El encontramos esperanza y ayuda en tiempos tenebrosos. No deje de habitar en Cristo, no sea que cuando venga la tormenta, se encuentre demasiadamente débil, no conociendo al único Dios que salva, y se pierda en la oscuridad.
Solo Dios es luz. Debemos habitar en continuo deleite en la Palabra de Dios, la cual es una lámpara a nuestros pies como dijo David en el Salmo 119. El guardar lo encomendado quiere decir no temer los argumentos mundanos. Quiere decir mantener la fe cuando hay algo que no entendemos. Quiere decir perseverar durante ataques de duda. Quiere decir el buscar a Dios, a Su Palabra, y a recordar toda la evidencia que Él nos ha dado de que está con nosotros. El diablo tratará de mostrarnos un caso perdido, pero sus evidencias son puras mentiras. Mire las verdades que Dios ha dejado claras. ¡La creación proclama alabanzas al Dios infinito en poder! ¡La historia muestra la obra de un Jesús incomparable! ¡Nuestros corazones proclaman que solo Él llena el vacío! ¡Y la tumba vacía de Cristo nos dice que Él está vivo!
Segundo, desechemos las vanas ideas y las palabrerías. Como Pablo aquí dice, los argumentos del mundo son llamados ciencia “falsamente”, pues no son ciencia. Son necedad. No gastemos tiempo dudando. Dios lo ha hecho imposible para la mente humana encontrar la verdad sin Él (1 Corintios 1). Cuando hay algo que no entendemos, debemos orar pidiendo sabiduría del Señor. Debemos indagar y responder las preguntas de otros con el fin de llevarlos a Cristo, pero haga una decisión hoy de nunca dudar. Pues Dios nos abre los ojos a la verdad cuando creemos sin haber visto nada. Y después que nos abre los ojos hay un increíble gozo al ver que todo tiene sentido. Nuestras pruebas no son en vano. El Dios bueno realmente está en control.