“Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.” Lucas 5:4
Pedro estaba exhausto, había pasado toda la noche tratando de pescar, y no había tenido éxito en su trabajo. Después de la noche infructífera que habían tenido, ya de mañana, Pedro, junto con los otros pescadores lavaban sus redes para tenerlas lista para el próximo intento de pesca.
De momento Jesús le dice: “Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.” Ante ésta inaudita orden, Pedro se debió quedar un poco confundió. Como hombre experimentado en la pesca, pues este era su oficio, él conocía que la mejor hora para pescar era la noche. Un tanto confundido quizás Pedro le trata de explicar a Jesús que ellos se habían pasado toda la noche tratando de pescar y no habían tenido éxito.
Para Pedro, como para cualquier pescador, el tener una noche infructífera en su labor, es desalentador, porque de su pesca dependen sus finanzas, el mantener a sus familias, el tener suplidas todas sus necesidades. Muy probablemente Pedro se sentía amedrentado, pues al no pescar nada el descenso de sus finanzas era grande, a lo mejor hasta ese día se verían afectados para proveer el alimento a su familia.
Esta palabra “echad vuestras redes” demandaba acción. Fe es actuar en lo que tú has creído, sin importar las apariencias de las circunstancias que te rodean. Pedro sabía que la mañana no era la mejor hora para la pesca, pero él no se puso a mirar esa dificultad, él puso su fe en acción.
Él no se puso a decir pero ¿cómo es eso de echar mis redes ahora en plena mañana? yo se que de noche es la mejor hora para pescar, los peces no suben en el día, yo tengo experiencia en mi oficio. ¡No! por el contrario él dijo, me he pasado la noche pescado, pero en Tu Palabra echaré la red.
Esta era la confesión de fe de un humilde pescador. Este sencillo hombre se dio cuenta que no habían tenido éxito al echar las redes en el mejor momento para hacerlo, durante la noche. Las condiciones que enfrentaban ahora no eran las mejores para la pesca, esto a los ojos de cualquier pescador experimentado sería una locura, una pérdida de tiempo; sin embargo, Pedro decidió obedecer la orden que Jesús le diera y echó las redes de todas maneras.
En ocasiones nosotros nos sentimos sin dirección. Nos sentimos confundidos, necesitamos que se abra una puerta urgente pero todo parece estar cerrado. Oramos y oramos pero no entendemos lo que Dios quiere decirnos con su silencio; pareciera que a Él no le importara nuestra suplica. Sentimos que nuestras oraciones son infructíferas, y el desanimo comienza a tocar nuestra puerta.
¡Calma! No te impacientes, aunque a ti te parezca que este es el mejor tiempo para hacer lo que está en tu corazón, o para recibir la contestación a tus oraciones, Dios es el que sabe cuál es el mejor tiempo para ti. El tiene cuidado de ti. Él ha oído tu oración. Recuerda: Fe es tomar acción, confiando en su Palabra echa tus redes al mar, y esa puerta se abrirá al andar. ¡Amén!