Filipenses 3:7-11
“Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.”
El amor que Pablo tenía por Cristo es impresionante. ¿Podemos nosotros amar a Cristo tanto como él? Aquí Pablo bellamente explica la preeminencia del amor de Cristo. Antes había tenido un gran título, respeto, conforto, y aun convicción. Aun había tenido un propósito para su vida: perseguir a la iglesia. El era estudiado, un hombre de muchas letras, y era reconocido como un hombre justo.Pero Pablo lo dejó todo. Y esto lo hizo no solamente de boca, sino que literalmente dejó todo. El dejó su gran posición en el Sanedrín y dejó su respeto y sus estudios. ¿Y para qué? ¿Para ser abusado, apedreado múltiples veces, echado en prisiones, mordido por víboras, acusado aun por supuestos cristianos, traicionado, y odiado? ¿Dejó todo su lujo e importancia para pasar hambre y necesidad, yendo de casa en casa, viajando en barcos que naufragaron dos veces?
Bueno, sí. Pero también por el amor de Cristo. Y ese amor sobrepaso todas las amarguras que enfrento: El conocer a Cristo y ser conocido por El. Suena místico. Pero fue una realidad para Pablo. ¿Puede ser una realidad para nosotros? A veces esto nos asusta porque pensamos que vamos a tener que pasar mucho tiempo aburridos, orando o leyendo la Biblia. Y si, puede ser que cuando empiece a tratar de buscar una intimidad con Dios se aburra. Pero si usted le pide ayuda a Dios y permanece, empezara a experimentar el mismo conocimiento de Cristo que Pablo experimento.
Deje todo lo demás, porque la carne para nada aprovecha (Juan 6:63).
Pero no deje todo atrás solo por dejarlo, pensando que su propia justicia le dará
satisfacción. Solo encontrara amargura y lamento. Tiene que dejar todo para
conocerle a Él. Búsquele. Él dio su vida para tener una relación con usted y no
le va a rechazar. Si le busca con fe de que Él le va a contestar, podrá
eventualmente decir como Pablo dijo: “Pero cuantas cosas eran
para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.”
Ministerio Josue Yrion