“Tú guardarás en completa paz aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.” Isaías 26:3
Muchos cristianos viven vidas llenas de temor, confusión y desasosiego. Viven buscando paz, y oran y oran para tener un minuto de tranquilidad pero no la hayan. Sus vidas siempre están llenas de tensión, y a pesar de que Jesús vino para darnos vida abundante, ellos viven vidas llenas de agonías.
El temor al mañana, el temor a no tener lo suficiente para pagar sus deudas, el temor a enfermarse, el temor a que su familia se destruya, el temor a la muerte y tantas cosas más; los aterran y los hacen desfallecer frente a cualquier circunstancia adversa a la que tengan que enfrentar.
El profeta Isaías nos dice en primer lugar: que Él guardará en completa paz aquel cuyo pensamiento en Él persevere. Ósea, aquel cuyo intelecto, cuya mente, cuyo corazón, cuya alma en Él espere. Aquel que tiene un corazón lleno de la Palabra y de sus promesas, es el que será guardado lleno de paz; porque sus pensamientos estarán llenos de Él, y donde está Su presencia, allí hay paz.
La Palabra de Dios morando en nosotros producirá que nuestros ojos se fijen en Él, y al mirarlo a Él tendremos seguridad, todo temor huirá porque sabremos que Él está en control de nuestra vida y esto nos llenará de fe. No en vano el escritor del libro de Hebreos en el capitulo 12:2 nos dice: “Puesto los ojos en Jesús autor y consumador de la fe.” Aquel que tiene sus ojos fijos en Él encontrará la paz verdadera porque Él es el Príncipe de paz.
La paz viene como resultado de la fe en Él. La fe en Él nos produce confianza, y esta confianza nos hace fijar nuestra mente en Él, y cuando nuestra mente esta fija en Él, no hay circunstancia ni problema ni temor que nos haga desfallecer. Cuando nuestra mente y nuestros ojos están fijos en Dios entonces tendremos confianza, y esta confianza nos llenará a su vez de seguridad, la cual desbordará nuestra vida de paz.
Ministerio Josue Yrion