¡Inscríbase al Devocional Mensual Hoy!

* Requerido

*

*

*



*


Conoce Tus Limitaciones-12/21

Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Romanos 12:3

Para tener éxito en nuestro trabajo para el Señor, debemos conocer y aceptar nuestras limitaciones. No debemos querer hacer algo en lo cual no damos la talla. Un arquitecto no puede meterse a electricista, ni un albañil puede querer dárselas de ingeniero. Hay un dicho popular muy acertado que dice: zapatero a sus zapatos.

Es necedad querer mirarnos a nosotros mismos como que podemos hacer todas las cosas sin querer reconocer nuestras limitaciones. Hay personas que pueden ser muy atléticas y pueden hacer todo tipo de ejercicios, sin embargo, no son tan eficientes en lo académico y viceversa.

Yo he conocido personas quienes se han convencidos ellos mismos de tener habilidades que en realidad no tienen. Conocí a un hermano quien clamaba ser buen cantante, sin embargo, era la persona mas desafinada que yo he oído en mi vida. Otro, quien decía que Dios lo había llamado a predicar y a enseñar y no conseguía mantener la línea de un mensaje. Ellos pudieran haber tenido otros dones, y seguramente querían servir a Dios de corazón, pero no pensaban de ellos mismos con cordura para darse cuenta de sus limitaciones.

Creo que en el tiempo de Pablo podría estar ocurriendo esto. Muchos querían hacer cosas que en realidad no podían. Por esta razón, Pablo con mucha cautela y para no herir a nadie dice: Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.

Todo el trabajo que hacemos para Dios tiene el mismo valor. Todos somos siervos. Solo Dios es grande. Por tanto, da lo mejor de ti sabiendo que, todo lo que hagas sea de hecho o de palabras hazlo para el Señor y no para los hombres. Sabiendo que de el Señor recibiréis la recompensa. Colosenses 3: 23-24 ¡Amén!