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Dios Es Real Y Galardonador-2/2023

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6

Muchos son los que se quejan diciendo que Dios no oye sus oraciones. Ellos alegan que llevan mucho tiempo orando y no han visto ningún cambio en su situación, ni han tenido una respuesta a sus peticiones. Sin embargo, la Biblia declara: “Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias.” Salmo 34:17 Sí Dios es fiel a su Palabra, hay una incongruencia grande aquí, por lo que vale preguntar: ¿Cómo estas orando?

Sí ponemos atención a nuestro texto central encontramos tres grandes exigencias que se nos demanda para entrar a la oración. La primera es tener fe en Dios. La segunda es creer que él es real. Y la tercera es creer que él es galardonador de los que le buscan.

La Biblia nos dice, que la fe es ese ingrediente que agrada a Dios. No podemos agradar a Dios en nada sí nuestras obras no van acompañadas de fe. El apóstol Pablo en Romano 14:23 nos dice claramente que, “todo lo que no proviene de fe es pecado.” Entonces, podemos decir que una oración sin fe es una oración vacía, insípida, muda, y sorda y por consecuencia, Dios no la oye.

Por esto razón entendemos, que la fe es esa llave que abre la puerta para entrar delante de la presencia de Dios. Nadie pueda entrar en la presencia del Todo Poderoso sí no creé que el existe. La Palabra misma nos declara que, “es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” La fe, es esa certeza, esa convicción a dentro de nuestro corazón que nos testifica de que Dios es real. La fe también es esa seguridad que nos inunda y nos convence que recibiremos lo que hemos pedido en oración.

Nuestro Dios no es una esfinge inmóvil y fría, tampoco es una imagen hecha de palo o piedra, que tienen ojos y no ven, oídos tienen y no oyen, boca les fue marcada pero no hablan. Nuestro Dios es un Dios vivo, creador del cielo y la tierra, todo el poder le pertenece a él. Por lo tanto, él habla, él oye, y él ve.

Así que, sí no has recibido lo que tu has pedido, ¡revisa tu oración! ¡Amén!