“Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.” Marcos 11:23
El Evangelio de Marcos nos relata que Jesús se aproximó a una higuera y al no encontrar higos en ella la maldijo. Cuando los discípulos pasaron al otro día y vieron la higuera seca se admiraron y se lo comentaron al maestro. A lo que él le respondió: “Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Marcos 11:22-23
La alegoría que Jesús usa en este pasaje de transportar un enorme monte dentro del mar, nos sugiera la idea que este gran monte es algo imposible de solucionar humanamente, nos da a entender que es un problema o situación absolutamente imposible de resolver en nuestra fuerza. No obstante Jesús claramente nos dice: que si nosotros hablamos al monte y le ordenamos salir de nuestro camino este nos obedecería si nuestro mandato va comandado por la fe.
Jesús quería con este hecho enseñar a sus discípulos una lección de fe. El quería que supieran que el hablar tiene que ir de acuerdo a lo que se cree. Muchas personan dicen tener fe, pero con sus palabras desmienten en realidad tenerla. Es importante saber que lo que confesamos con nuestra boca tiene que estar en armonía con lo que creemos.
Note que Jesús dice claramente que somos nosotros lo que tenemos que hablarle al monte. Entonces, si tú fe esta en Dios: ¡Levantarte y háblale a ese monte que te aflige y, ordénale en el Nombre de Jesús salir de tu vida, familia y ministerio! Y lo que digas será hecho. ¡Amén!