¿Por qué debo Bautizarme?

El Bautismo en Aguas 


El bautismo en aguas es un mandamiento que el Señor Jesús mando a realizarse después que una persona lo recibe a Él como Señor y Salvador. El evangelio de Marcos en el capítulo 16:15-16 registra que antes que el Señor Jesús ascendiera al cielo dijo a sus discípulos: “y les dijo: id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere, será condenado.”

En esta escritura de Marcos no solo vemos el mandamiento hecho por nuestro Señor para que lo obedezcamos.  También entendemos en esta cita bíblica que Jesús nos enseñó cuando y como debe ser el bautismo.

Primero: Él dejó claro que el bautismo debe hacerse después que una persona comprende y reconoce que es pecador, que necesita salvación y perdón de sus pecados. Después de su confesión de fe, recibiéndolo a Él como Señor y Salvador, el segundo paso es el bautismo en aguas.

Segundo: Él mismo nos dejó su ejemplo de cómo debe realizarse el bautismo, pues Él vino a Juan el Bautista para ser bautizado en el rio Jordán. Por lo que entendemos que el bautismo debe ser por sumersión.

El bautismo en aguas es un simbolismo. Cuando se sumerge a la persona en las aguas bautismales se está diciendo que murió al pecado, murió a su vieja forma de vivir cuando andaba en desobediencia a la ley de Dios.  Al levantarse de las aguas esta misma persona está enfatizando que resucito a una nueva vida con Cristo.

El bautismo solo, en sí mismo, no nos salva. La salvación es por fe en Jesús el Hijo de Dios. Pero el bautismo es un requerimiento del Señor, el cual debemos cumplir en obediencia a su mandato.

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