El ser agradecido es una de las más grandes virtudes que un ser humano puede poseer. Pero en ocasiones en medio de la euforia por la alegría de los triunfos obtenidos y las victorias alcanzadas, en esos momentos de felicidad se nos olvida dar gracias al que nos proporciono tan gran éxito, a Dios.
En el evangelio de Lucas capitulo 17:11-19 encontramos la historia de diez hombres leprosos que le salieron al encuentro a Jesús, y parándose de lejos alzaron sus voces y le pidieron a Jesús que los sanara. El Señor cuando los vio los envió a mostrarse al sacerdote conforme a lo que la ley de Moisés les mandaba hacer con los casos de leprosos que eran sanados. Los diez hombres tuvieron fe en las palabras que Jesús les dijo y aun sin ver la sanidad obedecieron el mandato de Jesús y yendo por el camino fueron curados.
Lo interesante de esta historia es que estos diez hombres tenían fe en Jesús, ellos creían que Él los podía sanar, pero no eran agradecidos. Ellos vieron el milagro en sus cuerpos, y en medio de su alegría al verse limpios se les olvido algo muy importante, venir a agradecer. Solo uno de estos diez hombres regreso a donde estaba Jesús. “Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postro rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y este era samaritano.” Lucas 17:15-16
Nosotros también como estos nueve leprosos malagradecidos incurrimos muchas veces en este mismo fallo, y se nos olvida agradecer por tantas y tantas bendiciones recibidas de parte de Dios. El salmo 100:4-5 nos insta a entrar a la presencia del Señor en oración con acciones de gracias. “Entrar por sus puertas con acciones de gracias, por sus atrios con alabanzas; alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad para todas las generaciones.”
En este mes de Noviembre celebramos el día de acción de gracias. Que buen tiempo para meditar en las bendiciones que el Señor nos ha dado y darle gracias. Y aun si estamos pasando por momentos de adversidad, y las cosas nos van mal, no enfocarnos solo en la tragedia por la que estemos pasando, sino recordar el camino que hemos recorrido, donde tantas veces vimos la mano del Señor sacándonos del problema y poniendo nuestros pies en lugar espacioso dándonos la victoria. Que buen tiempo para meditar y pensar que las victorias nuestras del pasado Él las puede hacer vigente en el presente. Él es un Dios poderoso, amoroso y bueno. Nosotros también como aquel leproso samaritano que regreso a Jesús y postrándose a sus pies le dio gracias por su milagro, debemos postrarnos a los pies del Señor agradeciendo por lo que Él hizo, por lo que Él hace, y por lo que Él hará por nosotros. Debemos mostrar nuestra gratitud por todas sus bondades y por sus misericordias que son nuevas cada mañana.
Es tiempo de agradecer. El apóstol Pablo nos exhorta en la epístola a los Colosenses 3:15 “Y sed agradecidos.” No nos quedemos como aquellos nueve leprosos ingratos. Que el sacrifico que el hizo por nosotros en la cruz del calvario, su grande amor, sea el motor que nos mueva para tener un corazón agradecido. Amen.
Ministerio Josue Yrion
