Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. Salmo 103:12

La culpa es una de las armas que el diablo usa para mantener al creyente en derrota. Muchos hermanos que han cometido alguna falta contra Dios, contra su conyugue, contra su familia, contra sus amigos, no consiguen servir a Dios con alegría, ni disfrutan de su comunión, porque no pueden pasar la hoja de lo que hicieron.

El diablo no les deja ver al Dios misericordioso que nosotros servimos. Empaña sus mentes con sus mentiras haciendo retumbar en sus corazones la culpa de haber fallado, sin dejar que ellos saquen sus ojos de sus faltas impidiéndoles ver lo que la Biblia dice al respecto.

David escribió en el Salmo 103:12 “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. Sí Dios te perdonó, sí alejó tus pecados tan lejos de ti para que no los veas, para que no tropieces con ellos, ¿qué haces tú recordándolos?

También el profeta Miquea nos dice en su libro: ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. “Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. Miqueas 7:18-19

Sí él se olvidó de tus transgresiones, te lavó con la sangre de su hijo Jesucristo, ¿por qué sigues sufriendo por algo que ya Dios te quito? Sí tus pecados están en el fondo del mar, ¿por qué estas tú tratando de sacarlo de allí con tu recuerdo?

Sí tu pediste perdón a Dios por lo que hiciste, la Biblia nos declara que él te perdonó. Sí el te perdonó, alejó tus pecados, los echo en el fondo del mar, para que tú tengas paz, para que tengas una vida abundante, para que te goces en él, ¿quién es el diablo para hacerte vivir en tu pecado como sí no hubieras sido perdonado?

Levántate, reprende al enemigo y declara con tu boca: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de mi, mis rebeliones.” ¡Amén!