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El Sol Sale Para Todos-7/23

Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Mateo 5:43-45

Según el diccionario, la palabra prójimo nos habla de un compañero, un vecino, un sujeto, cualquier persona cercana a ti, sea amigo o no. Al parecer, en los días de Jesús se había malentendido la palabra prójimo, y se enseñaba que amar al prójimo significaba amar a aquellos que son tus amigos, los que te hacen bien. Por esta causa Jesús les comienza diciendo: Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.

Esta enseñanza de amar al prójimo y aborrecer a los enemigos era bien recibida por el pueblo, pues no alteraba en nada los designios del corazón humano que por naturaleza es malo. Por consecuencia, el amar a tus amigos solamente era un hecho común; no se veía mal, pues es una reacción normal del corazón el rechazar aquellos que te tratan mal, aquellos que te hieren profundamente sea con palabras o acciones.

Sin embargo, esa reacción normal se vuelve un problema para nosotros cuando nos topamos con las palabras de Jesús. Él nos dice: Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

Con esta frase: “pero yo os digo” el Señor nos indica que no importa lo que hallas aprendido antes, no importa lo que hallas escuchado, no importa lo que tu corazón este acostumbrado hacer. Lo que Él dice es lo que vale.

Entonces, sí queremos ser hijos de nuestro Padre que esta en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos sin hacer acepción de personas, tenemos que aprender a amar y bendecir a los que nos maldicen. Tenemos que orar por aquellos que nos persiguen y nos ultrajan. Tenemos que ser como Él es, recordando, que el sol sale para todos. ¡Amén!