Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. Eclesiastés 4:9-10
En la vida en general hay muchos altos y bajos, y no por ser cristianos nos libramos de esos momentos difíciles, donde lo primero que pensamos es tirar la toalla. El creyente pasa por muchos momentos de pruebas, y en ocasiones, los reveces que no se esperan pueden causar depresiones, ansiedades, temores, baja autoestima etc.
En esos momentos de incertidumbres el enemigo tratará de mantenerlo alejado de todos, porque sabe que estando solo es más fácil engañarlo para destruirlo. No lo deje, no caiga en su trampa ¡El diablo es mentiroso y maligno! no le siga el juego.
Sí usted ve cómo actúan los animales en su habitad, aprenderá que el aislarse no es bueno, ya que cuando un animal se aísla, es víctima rápidamente de los depredadores hambrientos. Sin embargo, cuando andan acompañados pueden defenderse mutuamente y así salir victoriosos del embate contra otros animales feroces.
La Biblia nos dice: Mejores son dos que uno; ………. porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.
Cuando usted está deprimido, ansioso, triste, desalentado, decaído, nunca debe aislarse, más bien debe procurar a alguien de su confianza que le socorra y le ayude a no caer.
Nunca trate de pelear solo, porque cuando usted está decaído no tiene mucha fuerza para resistir la envestida del enemigo, y puede fracasar en su lucha por salir de su situación.
Tampoco sienta vergüenza en buscar apoyo, el estar confundido, desalentado o deprimido no es símbolo de flaqueza ni de falta de espiritualidad. Todo creyente puede pasar por un momento así.
Así que, sí estas pasando por una situación difícil y te sientes decaído recuerda la palabra: Mejor son dos que uno. Busque la ayuda de alguna persona espiritual y madura que te pueda auxiliar. ¡Amén!