Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda.
He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre. Salmo 121
Él salmista en este Salmo expone al Señor nuestro Dios, como un Dios personal. Pudiéramos decir que es como el pastor del rebaño, que cuida a cada oveja individualmente. Sí una oveja está en problema él va personalmente a socorrerla. Esta metáfora nos inspira y nos da confianza, nos hace realizar que el Dios omnipotente vela por nosotros personalmente. Él no duerme, ni tan siquiera se adormece para guardarnos. En Él, estamos seguros.
Esta protección que él nos brinda es tan completa, que no se puede comparar a ninguna otra protección. En cierta ocasión le preguntaron a Alejandro el grande, el gran conquistador griego, “¿cómo es que puede dormir estando cercado de tantos enemigos y peligros? a lo que él respondió: Parmenio, mi fiel soldado, me guarda de día y de noche.” En contraste, nosotros tenemos a un guardador mucho mas eficiente, y mucho mas poderoso. El es el creador del cielo y la tierra.
Cuando estamos en el calor de la prueba, cuando el sol agobiante del desierto nos hace desfallecer, él es nuestra sombra a nuestra mano derecha, es nuestro refrigerio en medio de la batalla. El sol y la luna no nos pueden fatigar. Porque de día, cuando el enemigo nos quiere cansar y hacernos caer en las trampas que a tendido a nuestros pies, él endereza nuestras sendas para no errar. Cuando en la noche, el diablo se levanta para confundirnos, él enciende lámpara a nuestros pies para guiar el camino por el cual debemos caminar.
Él guarda nuestra alma. Y promete guardar nuestra salida y nuestra entrada. Esto es, cuando estamos en el hogar o cuando salimos fuera de el. Lo mas impresionante y maravilloso es saber que, el Dios que nos cuida personalmente, nos asegura que su protección y cuidado es desde ahora y para siempre. ¡Amén!