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Venciendo Al Pecado - 1/18

“En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.” -Salmo 119:11

El salmista nos dice que en su corazón guardó los dichos de Jehová, para no pecar contra Dios. Solo usted puede guardar en su mente o corazón algo que usted atesora, que usted memoriza, que usted medita. Y es ese el secreto que le puede llevar a la victoria. Leer, meditar, memorizar la Palabra es la fórmula que Dios hizo para que pudiéramos estar firmes frente a toda tentación a pecar.

Cuando la Palabra de Dios mora en el corazón, la persona esta fuerte para poder decir no al asedio del pecado. Nadie es fuerte en sus propias fuerzas para resistir la tentación, pues ésta siempre tocará su puerta lisonjeando su lado flaco o vulnerable. El pecado tratará de seducirle para que usted caiga en sus garras tentando su viejo hombre, el que estaba viciado en los placeres carnales.

El apóstol Santiago nos dice: “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; si no que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.” (Santiago 1:13-15)

La palabra concupiscencia significa:  lascivia, vicio, obscenidad, liviandad, codicia, apetito, malos deseos, ambición, usura, etc.  Cuando el pecado toca la puerta de su corazón para tentarle con todas estas cosas que antes de venir a Cristo le deleitaban, usted no podrá resistirlas y vencerlas a menos que la Palabra de Dios se haya arraigado en su corazón y usted tenga la fuerza de Dios para decir no.

Por lo tanto, si quieres estar fuerte contra el pecado y no fallarle más al Señor, medita en la Palabra y llena tu corazón de ella. ¡Amén!

 

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#2018 #como vencer #obedecer #pecado #perseverancia